
La situación de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales se encuentra íntimamente ligada a la situación de los Montes Vecinales en Mano Común. Ambos necesitan tanto de protección como de apoyo y desarrollo por parte del Estado y las Administraciones Públicas, pudiendo verse reforzadas si se produce una sinergia entre ambos fenómenos.
La propiedad en mano común, enfocada en los Montes Vecinales, como unión de comuneros principalmente dedicados a labores en el ámbito rural, podría garantizar y potenciar las demandas expuestas en la Proposición de Declaración ante Naciones Unidas.
Así, si se produjese una mayor implicación del Estado y Administraciones Públicas en el desarrollo de los Montes Vecinales, favoreciendo normativamente su creación, estableciendo mecanismos de protección tanto en sus relaciones con la propia Administración como con sociedades privadas interesadas en la explotación de estos montes, o permitiendo que los comuneros tomasen activamente partido a la hora de legislar en la materia a través de organizaciones fuertes y con un peso específico, redundaría, por la propia naturaleza de la composición de estas comunidades vecinales, en beneficio de los derechos de los campesinos y personas que trabajan en las zonas rurales.
Ello permitiría que las tierras, la cultura o los usos inmemoriales del monte fuesen garantizados y respetados, con una organización que velara por su mantenimiento y potenciación. Además, los beneficios creados en torno a estas situaciones provocarían el desarrollo de las zonas rurales, atraerían nuevas personas que frenarían el abandono de estas tierras y sus labores, generaría riqueza en estas comarcas y aseguraría la protección de los campesinos y personas que trabajan en las zonas rurales tanto de manera directa, como indirecta por la creación de nuevas infraestructuras, equipamientos sanitarios y educativos o puestos de trabajo.
Por ello, y dentro de las distintas líneas de actuación necesarias, los Montes Vecinales en Mano Común podrían constituir uno de los pilares a través del cual garantizar la protección de los derechos de los campesinos y personas que trabajan en las zonas rurales; potenciando unos, se beneficiarán los otros, y viceversa.