Las Comunidades de Montes Vecinales de Mano Común siguen abriendo las puertas a nuevas posibilidades para el aprovechamiento de sus terrenos, con la puesta en marcha de proyectos de gestión comunal que conectan directamente con el interés social y ecológico de todos. Hablamos con Gaspar Bernárdez, ingeniero de Montes, sobres los proyectos puestos en marcha en el Lago de Castiñeiras – Cotorredondo y Monte Chagán. Iniciativas que suman sociedad, medio ambiente, ciencia y sostenibilidad bajo la base de la gobernanza comunal y empoderamiento de los Montes Vecinales en Mano Común. Un ejemplo perfecto de uso recreativo y sostenible en nuestros montes.
Piñeiro, San Xulián de Marín, Santa Cristina y San Martiño de Vilaboa: unidos por la sostenibilidad de sus comunidades
La historia del proyecto en el Lago de Castiñeiras comienza, realmente, en el año 1927, cuando Daniel de la Sota (por entonces, presidente de la Diputación de Pontevedra) y Rafael Areses (ingeniero de Montes) deciden comenzar en Cotorredondo el proyecto que ellos mismos denominaron como “La reforestación de Pontevedra”. Gracias a esta iniciativa, esta zona cuenta hoy con un amplísimo elenco de especies forestales, considerados en muchos casos ejemplares únicos de la geografía galaica. Tras más de 30 años de gestión por parte de la Xunta de Galicia, “en la actualidad este espacio está sufriendo un grave proceso de deterioro, tanto en sus instalación como en el cuidado de los elementos naturales, por lo que las Comunidades de Montes propietarias del espacio decidieron recuperar su gestión y mejorarla”, comenta Bernárdez ¿Cómo? A través de la creación de un jardín botánico y arboreto, un espacio de encuentro para toda la sociedad donde se realizarán, además, numerosos talleres y cursos. Un proyecto que involucra y une a las Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común de Santomé de Piñeiro y San Xulián de Marín; así como de Santa Cristina y San Martiño de Vilaboa.
“La idea surge por la gran riqueza florística del entorno, encontrándonos con una gran diversidad de ecosistemas naturales y una riquísima colección de árboles exóticos localmente aclimatados”, recalca Gaspar Bernárdez. Es por ello que se ha comenzado ya con la instalación en este espacio de un arboreto, que sirva para representar en Galicia una de las reservas forestales artificiales con mayor diversidad de especies importadas y aclimatadas localmente. Alrededor de 60 hectáreas que albergarán unas veinte colecciones botánicas, estructuradas según origen geográfico, grupo vegetal o utilidades del mismo. El proyecto se completa con un jardín botánico, de unas 15 hectáreas de terreno, que cuenta con 23 colecciones de plantas, un proyecto pensado no sólo para el acceso y disfrute de toda la sociedad, sino también con el objetivo de ser aprovechado desde el punto de vista de la investigación botánica, como complemento de la función estrictamente conservacionista y paisajista, y con la transmisión y divulgación mediante programas educativos.
En este sentido, las Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común participantes en el proyecto se han encargado de llevar a cabo una planificación de las actuaciones necesarias para conservar la biodiversidad de los ecosistemas, proteger los hábitats y sus especies, tal y como lo recogen los instrumentos de Protección Autonómicos, Nacionales e Internacionales, compatibilizándolo con un fomento y mantenimiento de su uso público. Las Comunidades de Montes han desarrollado los planes de educación ambiental, con charlas y excursiones para dar a conocer la riqueza ambiental de los terrenos, en las que ya han participado alrededor de 1.000 personas, y las primeras acciones de plantación del arboreto y jardín botánico. Además, el Aula de la Naturaleza del Lago de Castiñeiras está abierta para poder realizar visitas guiadas por el espacio a todas aquellas personas interesadas.
El incalculable valor del Monte Gagán
Otro de las iniciativas puestas en marcha en este sentido, nos lleva al Monte Gagán. Para proteger y conservar las especies que componen las amplias masas forestales de esta zona, la Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Santomé de Piñeiro ha puesto en marcha un plan de gestión con medidas y acciones para frenar o evitar el deterioro de los hábitats, y para recuperar y restaurar las condiciones ambientales óptimas y favorables. Además, este proyecto busca favorecer la conectividad de los bosques, permitiendo el intercambio genético y otros flujos ecológicos a través de las distintas masas arboladas existentes, para contrarrestar los efectos potencialmente adversos de la fragmentación de hábitats.